miércoles, 17 de febrero de 2010

El negro Dolina entrevistado...

La entrevista completa realizada por Natali Schejtman la pueden encontrar ACÁ

Y les dejo copiado algunos fragmentos que por una causa o por otra (generalmente por otra) me llamaron la atención de esta copada y larga entrevista a Ale Dolina... que les sea de provecho!


Tuve la ocasión de conocer después de cada grabación a un Borges muy simpático, muy decidor, muy gracioso. Siempre muy amable. Le gustaban mucho los versos puercos, siempre citaba alguno. Decía cosas como: ‘Parado en las cinco esquinas / con toda mi complacencia, / por ver si te rompo el culo / voy haciendo diligencia’






Al borde del día, Dolina le habla al país, atornillado en su horario diario de 0 a 2. En La venganza será terrible, ciclo que conduce hace alrededor de 20 años y que acaba de hacer pie en Radio Nacional, las elucubraciones sobre temas varios, las preguntas inexploradas y la improvisación picante y sonante se oyen infinitos. Eso va desde canciones sacadas de oído y alteradas en sus letras hasta situaciones representadas en las que de repente los personajes cambian. Se ve que ésa es otra de sus obsesiones: la famosa astucia de la razón, que te puede llevar a sostener una cosa, y también otra. Yendo más lejos, en Las crónicas del Angel Gris, Dolina proponía esa costumbre diatribalera. Decía en “El arte de la discusión en el barrio de Flores” que el círculo de Discutidores Profesionales había logrado tanta locuacidad, que iba por otros barrios para discutir como visitantes, con hinchadas y todo. Pero, claro, la gracia estaba en que de repente había que cambiar de bando. El que defendía la condición independiente de la mujer, agarraba como bastión su innegable y necesario confinamiento a las tareas domésticas. Es fácil rastrear esta fantasía en la parte improvisada de la reunión masculina de cada noche: “Hay algunos recursos que utilizamos que son muy propios de La venganza... el principal de los cuales es la inconstancia de los sujetos, el que empieza siendo el marido termina siendo la mujer, o de golpe el farmacéutico se convierte en su propio cliente, o en medio del asunto volvemos a ser los que hacemos el programa. Eso lo saben todos, es un recurso y un anclaje al que hay que ir”.







Hasta se podrían encontrar coincidencias entre la mística dolinesca y la que Cortázar vaporiza desde sus libros más emblemáticos. Quizás ambos propongan un mundo lejano, fantástico, romántico, que se convierte en posible en el momento en que ellos lo relatan, donde las historias y cierta rebeldía (que empieza por andar de noche) tienen el color, el sonido y el aroma que podríamos suponer, y están llenos de detalles que desconocemos.


En La venganza será terrible pueden pasar de plasmar la recurrencia aceptada a llamar “teoría” a cualquier pensamiento (“yo tengo una teoría: tu tío es pelado”) o discutir y divagar en torno de la mitología nórdica...
Sobre "Lo que me costó el amor de Laura" dice: comienza con una niebla, en su ya explorado barrio de Flores: “Una niebla muy densa que aparece todas las noches y en la que se producen un montón de confusiones de vodevil, pero también unas confusiones más pirandellianas, en el sentido siguiente: Pirandello sostenía que es imposible conocer a nadie. La niebla es como una metáfora de la imposibilidad de comunicación. Peor todavía: de la imposibilidad de conocimiento. Peor todavía: de la confusión de nuestras percepciones.
Peor todavía: en esa niebla da lo mismo ser cualquiera”.




Heidegger decía que había una forma de vivir que no era auténtica y que consistía en estar engañándose todo el día para olvidarse de que uno es mortal. Algo así hay con el que se resigna a estar no con la mujer que más le gusta sino con la que le da bolilla. Y después hace una operación sobre su propio convencimiento para decir ‘no, ésta es la que yo quiero’; ‘éste es el tipo que me gusta’, dice la mujer que ya ha perdido sus encantos, que no tiene más remedio que conformarse con el hombre que no es el que ella soñó. Entonces se acomoda, se resigna, y la estirpe se prolonga. Pero mientras uno pueda evitar la llegada de ese día, uno debe de luchar. Creo que ésa es la lucha: tratar de que la intensidad de nuestra vida –no digo la felicidad: la intensidad, estoy hablando de luchas, también de intensidad política– esté hoy. Tratar de que sea éste el momento más intenso”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario